S/ D. Matías D. Ráez Ruiz
IGLESIA DE SAN ILDEFONSO
SAN ILDEFONSO (Acuarela de Juan J. Tello)
En el testero situado a los pies del templo, en su parte derecha, se encuentra un gran cuadro de aproximadamente ocho metros de altura, datado a principios del siglo XIX, que representa a un gigante con el niño a cuestas, en medio de un río, apoyándose a modo de bastón sobre una palmera.
La leyenda cuenta que este gigantón llamado Offerus, se marchó de su hogar porque quería servir al rey más poderoso de la tierra. Cuando lo encontró, le pidió que lo aceptara como su servidor. El rey lo aceptó; pero un día notó que este rey le tenía miedo al diablo y Offerus decepcionado le dijo: << si temes al diablo es que no eres tan poderoso como él, por tanto, a partir de este momento quiero servir al diablo>>, y partió. Después de muchos días de búsqueda se encontró con una tropa de jinetes `pintados, enfurecidos, con enormes espadas y hachas. El jefe se dirigió a Offerus y le dijo: ¿A quién buscas? - Busco al diablo para servirle>>, y lo siguió. Pero un día notó que el diablo evitaba pasar por delante de una cruz que había en el camino y le preguntó: ¿Por qué evitas la cruz? - <<Porque temo a Cristo>> - contestó el diablo. Entonces le dijo: << Si temes a Cristo, es que eres menos poderoso que él; en tal caso, quiero entrar al servicio de Cristo>>. Offerus continuó solo su camino en busca de su nuevo jefe.
Después de muchos viajes, encontró a un ermitaño y le preguntó como podría servir a Cristo. El ermitaño le respondió: "sígueme", y cogiendo la mano de Offerus lo condujo a través de un dificultoso camino hasta la orilla de un impetuoso torrente de agua, y le dijo: << Los pobres que intentaron cruzar estas aguas se ahogaron; !Quédate aquí y traslada a la otra orilla, sobre tus hombros, a aquellos que te lo pidiesen. << Si haces esto por amor a Cristo, Él te admitirá como su servidor>>.
Offerus se construyó una casita en la ribera del río y comenzó a transportar de noche y de día a los viajeros pobres que se lo pedían.
Cierta noche, dieron tres golpes a su puerta y oyó la voz de un niño que lo llamaba. Se levantó, subió al niño sobre su espalda y penetró en el torrente. Al llegar a la mitad, vio como el torrente se enfurecía de pronto; las olas aumentaban y amenazaban con derribarlo. Offerus aguantaba lo mejor que podía y viendo que el niño se hacía cada vez más pesado, tuvo que recurrir a su bastón para no hundirse.
Temiendo que el niño se ahogara, lo miró y le dijo: <<Niño, ¿Por qué te haces tan pesado?, parece como si transportara al mundo >>. El niño, con su bola en la mano, le respondió: << No solamente transportas el mundo, sino a aquel que hizo el mundo. Yo soy Cristo, tu Dios y Señor, y en recompensa de tus buenos servicios, en adelante te llamarás Cristo - bal que quiere decir "portador de Dios"
No hay comentarios:
Publicar un comentario