S/ Matías D. Raéz Ruíz
"El año pasado, el jueves víspera del Viernes de Dolores entré a la catedral y, conforme me acercaba al altar, albergué la idea de pasar allí una noche a solas para ver con tranquilidad toda la iglesia. Y... ¿Por qué no probar? Al fin salen todos. Comienzo a recorrer las naves. Todo está tan a oscuras que es imposible distinguir nada... Me acerco hasta la capilla del Sagrario que era la única iluminada y me quedo allí.
Dormiría hasta que entrase la luz por la mañana y de esta forma podría contemplar la catedral como yo deseaba.
Me duermo pero, de repente, se cruza en mis sueños la imagen de un niño.
Despierto sobresaltado y miro a mi alrededor; no hay nada, parecía tan real... Tuvo que ser un sueño. Instantes después escucho un llanto. Me incorporo en el banco, y escucho. El llanto parece provenir del coro. Asomo la cabeza por la cortina, todo está tranquilo. Toso y el llanto cesa. Espero un poco, cojo una vela de la capilla y me acerco al coro. Allí no hay nadie. Me siento en un banco, apago la vela y espero.
Pasaron las horas, eren cerca de las cuatro cuando volví a escuchar el llanto, primero más lejano, luego.. parecía estar a mi lado. Al cabo de un rato decido hablar. ¿Quién anda ahí! En ese momento cesa el llanto y noto una ráfaga de aire frío por mi espalda. No me atrevo a moverme. Ahora la noto por todo mi cuerpo. Me giro y veo la silueta de un niño, como una aúrea blanca dirigiéndose hacia la sacristía. Al acercarse a la puerta desapareció.
Los primeros rayos del sol entraban por las vidrieras. Ahora no podía contemplar la catedral, no me quitaba al niño de la cabeza. Espero a que se abran las puertas, lo hacen temprano. Busco al capellán y le pregunto si alguien ha visto alguna vez un fantasma. Me cuenta que hay rumores de gente que afirma haber visto a un niño corriendo por las naves de la catedral, pero concluye diciendo que son habladurías."
Se trata de un niño de 10 o 12 años que se ve correteando por la catedral, con unos pantalones cortos, con tirantes y en cualquier época del año. El niño ha sido visto por trabajadores en las obras de reparación, o por el propio sacristán que al ir a cerrar las puertas y ver al niño corriendo, fue tras él para hacerlo salir y, al doblar el crucero, se encontró que había desaparecido.
Esta entidad tiene cierta atracción por la Virgen de las Angustias. En tal sentido, cuando se ha ido tras de él en Semana Santa, han visto cómo se mete bajo el trono de esta Virgen y, al levantar los faldones, el niño no estaba.
Este fenómeno se viene dando muy a menudo en Jaén, junto al palacio de los Vélez.
Se trata de un niño de 10 o 12 años que se ve correteando por la catedral, con unos pantalones cortos, con tirantes y en cualquier época del año. El niño ha sido visto por trabajadores en las obras de reparación, o por el propio sacristán que al ir a cerrar las puertas y ver al niño corriendo, fue tras él para hacerlo salir y, al doblar el crucero, se encontró que había desaparecido.
Esta entidad tiene cierta atracción por la Virgen de las Angustias. En tal sentido, cuando se ha ido tras de él en Semana Santa, han visto cómo se mete bajo el trono de esta Virgen y, al levantar los faldones, el niño no estaba.
Este fenómeno se viene dando muy a menudo en Jaén, junto al palacio de los Vélez.
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