MIS RECETAS

sábado, 23 de enero de 2021

EN LA EXPOSICIÓN DE MANUEL KAISER "EL PINTOR DEL SILENCIO"


He tenido el gusto de saludar y acompañar durante su charla en el Museo Provincial a uno de los pintores giennenses que dejan huella por su obra y su cercanía. Amigo de mi familia, mi padre le reformó la casa donde habita y Antoñita y yo departimos con él y su esposa, en la casa que tenemos en Torres hace 42 años.

S/ Teresa Ortega


Nace en Jaén en 1946, pintor de extensa producción y de intensa espiritualidad en su obra desde lo sencillo y cotidiano de nuestro entorno más inmediato, poesía, lirismo y verdad en sus retratos, paisajes, figuras y bodegones.Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Jaén y en Escuelas Superiores de San Carlos de Valencia y San Fernando de Madrid. Obtuvo la Cátedra de Dibujo Artístico en la Escuela de Arte José Nogué.

Ha mostrado sus dibujos, grabados y pinturas en múltiples exposiciones colectivas por Sevilla, Jaén, Segovia, Madrid, Barcelona, Córdoba, Washinton y Granada.


"LA FIGURACIÓN TRANSIDA"


"Cuando pienso en el campo de trigo, primero labro la tierra y luego siembro... y con la esperanza espero el brotar de nuevas espigas".

Es una reflexión del propio Manuel Kaiser Zapata, el pintor que nos muestra una parte de su extraordinaria y vasta producción, la relacionada con la campiña de Mengibar: una campiña con la que convivió durante los ocho años que mantuvo su domicilio en este pueblo y de la que se enamoró tan profundamente que ya nunca ha dejado de soñarla y recrearla a través de su pintura, de la inmanencia de la siembra y la trascendencia de la cosecha mediante la contemplación mística que funde el cuerpo y el alma del amante con el objeto amado. Manuel Kaiser no pinta como ve sino como siente, porque - dice él-  tiene los ojos en el corazón.

A Kaiser le interesa en sus obras la expresión interior para expresarse y comunicarse, la transfiguración de la realidad; no las oquedades y voluptuosidades que ofrece la tierra sino el latido amoroso que vivifica la esperanza, no los surcos que suben y bajan por los suaves cerros, sino la sementera que espera impaciente su germinación; no el aire limpio y azul que aleja, sino la atmósfera íntima, violácea que llena de significados el tiempo y el espacio. No el horizonte nítido, sino una línea silenciosa y difuminada donde se funden libertad y existencia.

Kaiser se acerca a los paisajes naturales de los campos y de los frutos con mirada machadiana y actitud franciscana. El artista quiere pintar el diálogo espiritual entre lo creado y lo cotidiano: su destino es el regreso de la Creación a su verdadero origen. El pintor rechaza los modelos vacios, las imágenes fijas y congeladas de la realidad. Busca el rastro donde exista vida; de ahí que incorpore, tierras, ramas, hojas a sus óleos. Acrílicos, sanguinas, lápices, tintas, carboncillos.. en una simbiosis de la que resultan texturas y densidades muy pictóricas.

Sus bodegones y naturalezas muertas, están rodeadas de una espiritualidad monacal. La campiña que nos ofrece es todavía virgen. Poco después, la degradación ocasionada por un irrespetuoso progreso debido a factores de rentabilidad, plantando casetas con techos de uralita o colocando postes de telefonía; hacen que la estética y la ética afeen algo natural y bello.


LA EXPOSICIÓN








































































 


Una exposición de un gran pintor giennense, y en un marco adecuado.
Espero sea de vuestro agrado.

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