MIS RECETAS

domingo, 27 de enero de 2019


     MONUMENTOS DE JAÉN Y SUS LEYENDAS  "EL ARCO DE SAN LORENZO"      -1-
    
    

     
    Hace algún tiempo y con motivo de la celebración de la "Noche jaenciana", me dirigía desde la calle Maestra hacia el Arco  San Lorenzo con el fin de lograr unas fotografías nocturnas del citado monumento. A mi lado, subía una familia de Córdoba y el marido me preguntó si el monumento estaba cerca de allí; yo, que iba a ese lugar, les dije que les acompañaba con mucho gusto. Como me manifestaron gran interés y entre ellos iban varios niños, a lo largo del camino les fui explicando un poco la historia y leyenda de ese lugar.    Muy intrigados me hicieron preguntas del porqué no abrían los monumentos nada más que ese día y les  informé que muchos de ellos permanecían cerrados por obras y otros sí permanecían abiertos y con visitas guiadas.
     Esta simple anécdota, me ha hecho reflexionar;  y mi intención aparte del contenido cultural y de viajes de mi blog, es que conozcáis la historia y leyendas de estos monumentos antiguos.
     Para ello cuento con las historias de mi profesor de Lengua Castellana, el catedrático D. Manuel Mozas Mesa, que en mi juventud me hacía leer esas magníficas leyendas, y D. Juan de Dios López Jiménez con sus paseos para el recuerdo.
     Espero que descubráis esa desconocida Jaén, que tanto nos gusta y que cuando nos visitéis, descubráis esos monumentos e historias que a lo largo de los años hemos conservado en nuestra memoria.








                                                       EL ARCO DE SAN LORENZO
    
HISTORIA
    
     Se trata de un torreón que termina en planta semicircular y al que se accede desde la puerta colocada en el intradós del arco. La primera estancia tiene bóveda de ladrillo ( de cascarón, por los círculos concéntricos),  y decoración gótico-mudéjar en sus paredes, con un alicatado extraordinario, como también lo es la yesería que recorre a modo de festón el interior. Los azulejos confeccionados con teselas, el altar con sus estrellas de 24 puntas, etc. Sobre éste, en un nicho con fondo rojo hay un crucificado (antes una imagen de San Lorenzo). En el suelo, una lápida cubre los restos de Juan de Olid y de su esposa. La segunda estancia constituía el altar mayor de la iglesia y tiene bóveda ojival. Se accede a través de una escalera estrecha que recibe la iluminación de las saeteras. En ella celebran las reuniones públicas (los jueves) los "Amigos de San Antón".



        
    


   
   




     La iglesia de San Lorenzo (Siglo XV)





                                                  

     Comenzó siendo del hospital auspiciado por Luis de Iranzo, hijo del Condestable. Con el tiempo, fue parroquia, con capilla en la parte superior del arco (según la foto superior). Arruinada  la iglesia, las dos plantas de la torre pasaron por diferentes vicisitudes,  alguna de ellas muy próxima a la destrucción; pero se salvó con la declaración del conjunto como monumento nacional a finales del siglo XIX.
     Aquí fue velado el rey Fernando IV  "El Emplazado", enterrado Juan de Olid (Secretario de Iranzo) y su mujer, bautizado Maximiliano de Austria, primo de Carlos  I y en el ábside de la iglesia de San Lorenzo que da a la calle Madre de Dios, fusilaron en 1811 a Pedro del Alcalde, heroico guerrillero que, junto a un grupo de rebeldes, aniquiló en el Barrio de Belén  a muchos franceses durante la guerra contra los Bonaparte.



LEYENDA DEL PADRE CANILLAS
   
      La leyenda se trama en una de esas noches de invierno de Jaén, con lluvia y viento y en torno a las 11 de la noche:  Se cuenta que un mozo regresaba a esa hora de acompañar a su novia a casa en el barrio de San Juan cuando, camino de la plaza de la Merced y al pasar bajo el arco , se cruzó con un sacerdote que salía de la capilla que allí había; era un cura todo vestido de negro y extremadamente delgado que, muy apurado, le pidió como favor que le ayudara celebrar una misa penitencial para un difunto, pues no tenía más remedio que oficiarla en la capilla del Arco de San Lorenzo y a esa hora.
     Al joven le dio fatiga decir que no y ambos entraron en ella; el cura se quitó la ropa de abrigo, resultando que ya estaba vestido para la celebración.
     A la tenue luz de dos velas que otorgaban a la estancia un aspecto fantasmagórico, comenzaron a oficiar la misa, pero cuando se arrodilló el cura, el mozo, al cogerle la sotana para que no se la pisara, comprobó aterrorizado que de las botas del cura asomaban canillas, es decir, los huesos desprovistos de carne y piel. De un salto, el asustado mozo abandonó la capilla y subió la cuesta a la carrera hasta llegar a la plaza de la Merced, donde otro sacerdote, viéndole tan agitado, lo paró e intentó calmarlo. El mozo le contó lo del otro sacerdote: "!En vez de piernas, tenía canillas, como las de los esqueletos!" Entonces el segundo cura se alzó la sotana y le mostró los huesos de las piernas al tiempo que le preguntaba "¿Serían como éstas...?
     Es fácil entender que el mozo cayera enfermo de tanta impresión.


     Hemos comentado que en el Arco de San Lorenzo fue velado el rey Fernando IV "El Emplazado" en 1312. La leyenda recoge la forma tan misteriosa en que murió.

LEYENDA DE LOS HERMANOS CARVAJALES
  
     Estando el rey Fernando IV haciendo la guerra a los moros granadinos cerca de Arjona, cuando llevaron ante él a dos jóvenes de la Orden de Calatrava, los hermanos Carvajales (Pedro y Juan), a quienes un grupo de nobles difamadores habían acusado de asesinar a otro de la familia de los Benavides. El Rey, que tenía otras cosas en que pensar, los juzgó y sentenció sin apenas escucharlos. Dictaminó que los hermanos fueran arrojados desde lo alto de la Peña de Martos, dentro de una jaula con hierros punzantes en su interior. Los hermanos, sabiéndose inocentes, emplazaron al Rey ante el Tribunal de Dios en el plazo de un mes. (de ahí el nombre de "El Emplazado").
     Pasaron algunos días y el Rey cayó enfermo, por lo que tuvo que regresar a su palacio en Jaén (Diputación). Cada día se ponía más enfermo pero, inexplicablemente, el mismo día que se cumplía el plazo dado por los hermanos, amaneció totalmente curado y con grandes ganas de comer. Así lo hizo: comió y bebió y se echó su siesta... de la que nunca despertó.

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