MONUMENTOS DE
JAÉN Y SUS LEYENDAS "EL ARCO DE SAN
LORENZO" -1-
Hace algún tiempo y con motivo de la
celebración de la "Noche jaenciana", me dirigía desde la calle Maestra hacia el Arco San Lorenzo con el
fin de lograr unas fotografías nocturnas del citado monumento. A mi lado, subía
una familia de Córdoba y el marido me preguntó si el monumento estaba cerca de
allí; yo, que iba a ese lugar, les dije que les acompañaba con mucho gusto.
Como me manifestaron gran interés y entre ellos iban varios niños, a lo largo
del camino les fui explicando un poco la historia y leyenda de ese lugar. Muy intrigados me hicieron preguntas del
porqué no abrían los monumentos nada más que ese día y les informé que muchos de ellos permanecían
cerrados por obras y otros sí permanecían abiertos y con visitas guiadas.
Esta simple anécdota, me ha hecho
reflexionar; y mi intención aparte del
contenido cultural y de viajes de mi blog, es que conozcáis la historia y
leyendas de estos monumentos antiguos.
Para ello cuento con las historias de mi
profesor de Lengua Castellana, el catedrático D. Manuel Mozas Mesa, que en mi
juventud me hacía leer esas magníficas leyendas, y D. Juan de Dios López
Jiménez con sus paseos para el recuerdo.
Espero que descubráis esa desconocida
Jaén, que tanto nos gusta y que cuando nos visitéis, descubráis esos monumentos
e historias que a lo largo de los años hemos conservado en nuestra memoria.
HISTORIA
Se trata de un torreón que termina en
planta semicircular y al que se accede desde la puerta colocada en el intradós
del arco. La primera estancia tiene bóveda de ladrillo ( de cascarón, por los
círculos concéntricos), y decoración
gótico-mudéjar en sus paredes, con un alicatado extraordinario, como también lo
es la yesería que recorre a modo de festón el interior. Los azulejos
confeccionados con teselas, el altar con sus estrellas de 24 puntas, etc. Sobre
éste, en un nicho con fondo rojo hay un crucificado (antes una imagen de San
Lorenzo). En el suelo, una lápida cubre los restos de Juan de Olid y de su
esposa. La segunda estancia constituía el altar mayor de la iglesia y tiene
bóveda ojival. Se accede a través de una escalera estrecha que recibe la
iluminación de las saeteras. En ella celebran las reuniones públicas (los
jueves) los "Amigos de San Antón".
La
iglesia de San Lorenzo (Siglo XV)
Comenzó siendo
del hospital auspiciado por Luis de Iranzo, hijo del Condestable. Con el tiempo,
fue parroquia, con capilla en la parte superior del arco (según la foto
superior). Arruinada la iglesia, las dos
plantas de la torre pasaron por diferentes vicisitudes, alguna de ellas muy próxima a la destrucción;
pero se salvó con la declaración del conjunto como monumento nacional a finales
del siglo XIX.
Aquí fue velado
el rey Fernando IV "El
Emplazado", enterrado Juan de Olid (Secretario de Iranzo) y su mujer,
bautizado Maximiliano de Austria, primo de Carlos I y en el ábside de la iglesia de San Lorenzo
que da a la calle Madre de Dios, fusilaron en 1811 a Pedro del Alcalde, heroico
guerrillero que, junto a un grupo de rebeldes, aniquiló en el Barrio de Belén a muchos franceses durante la guerra contra
los Bonaparte.
LEYENDA DEL PADRE CANILLAS
La leyenda se trama en una de esas noches
de invierno de Jaén, con lluvia y viento y en torno a las 11 de la noche: Se cuenta que un mozo regresaba a esa hora de
acompañar a su novia a casa en el barrio de San Juan cuando, camino de la plaza
de la Merced y al pasar bajo el arco , se cruzó con un sacerdote que salía de la
capilla que allí había; era un cura todo vestido de negro y extremadamente
delgado que, muy apurado, le pidió como favor que le ayudara celebrar una misa
penitencial para un difunto, pues no tenía más remedio que oficiarla en la
capilla del Arco de San Lorenzo y a esa hora.
Al joven le dio fatiga decir que no y
ambos entraron en ella; el cura se quitó la ropa de abrigo, resultando que ya
estaba vestido para la celebración.
A la tenue luz de dos velas que otorgaban
a la estancia un aspecto fantasmagórico, comenzaron a oficiar la misa, pero
cuando se arrodilló el cura, el mozo, al cogerle la sotana para que no se la
pisara, comprobó aterrorizado que de las botas del cura asomaban canillas, es
decir, los huesos desprovistos de carne y piel. De un salto, el asustado mozo
abandonó la capilla y subió la cuesta a la carrera hasta llegar a la plaza de
la Merced, donde otro sacerdote, viéndole tan agitado, lo paró e intentó
calmarlo. El mozo le contó lo del otro sacerdote: "!En vez de piernas,
tenía canillas, como las de los esqueletos!" Entonces el segundo cura se
alzó la sotana y le mostró los huesos de las piernas al tiempo que le
preguntaba "¿Serían como éstas...?
Es fácil entender que el mozo cayera
enfermo de tanta impresión.
Hemos comentado que en el Arco de San
Lorenzo fue velado el rey Fernando IV "El Emplazado" en 1312. La
leyenda recoge la forma tan misteriosa en que murió.
LEYENDA DE LOS HERMANOS CARVAJALES
Estando el rey Fernando IV haciendo la
guerra a los moros granadinos cerca de Arjona, cuando llevaron ante él a dos
jóvenes de la Orden de Calatrava, los hermanos Carvajales (Pedro y Juan), a
quienes un grupo de nobles difamadores habían acusado de asesinar a otro de la
familia de los Benavides. El Rey, que tenía otras cosas en que pensar, los
juzgó y sentenció sin apenas escucharlos. Dictaminó que los hermanos fueran
arrojados desde lo alto de la Peña de Martos, dentro de una jaula con hierros
punzantes en su interior. Los hermanos, sabiéndose inocentes, emplazaron al Rey
ante el Tribunal de Dios en el plazo de un mes. (de ahí el nombre de "El
Emplazado").
Pasaron algunos días y el Rey cayó
enfermo, por lo que tuvo que regresar a su palacio en Jaén (Diputación). Cada
día se ponía más enfermo pero, inexplicablemente, el mismo día que se cumplía
el plazo dado por los hermanos, amaneció totalmente curado y con grandes ganas
de comer. Así lo hizo: comió y bebió y se echó su siesta... de la que nunca despertó.