El pasado 17 de Mayo y en compañía de un grupo de compañeros del colegio, realizamos una visita a la ciudad de Córdoba. El motivo, los afamados patios y una visita al casco histórico y a otros lugares de esa bonita ciudad. Los patios con sus macetas de múltiples colores, sus adornos los hacían todavía más atractivos, las solerías en la mayoría de los patios confeccionadas con chinos granadinos en perfecta armonía y me encantaron las plantas que se divisaban sobre la antigua muralla causando un contraste entre el blanco de la cal, la vegetación y el color de la muralla.
Seguidamente visitamos la escuela de arte ecuestre donde asistimos a una demostración de doma y nos mostraron las cuadras reales y numerosas tartanas y carrozas antiguas.
Terminada la visita, marchamos a la judería. Muy bonita la sinagoga y muy pequeña.
Seguidamente nos desplazamos al Museo Taurino donde se mostraban estampas toreras, retratos al óleo y trajes de luces de dos monstruos del toreo: Manolete y el Cordobés. me llamó la atención el patio de luces de la entrada y la sala de proyecciones en la que se mostraba una suerte del toreo y me recordaba al planetario de Granada. Mi impresión un gran edificio para un museo con falta de contenido.
Una buena comida, con su salmorejo en Pizzaiolo y una gran final de liga entre el At. Madrid y Barcelona. Al término, regreso a Jaén.
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